La ansiada vuelta a la normalidad empieza a asomar tímidamente 😊. El inicio del «curso escolar» coincide este año con el regreso de muchas personas a la oficina 🙍♀️🙎🏻♂️🙍♂️🧑🦳. Y es que el teletrabajo 👩🏽💻, que parecía haber venido para quedarse y se había institucionalizado en algunas empresas, comienza a dar paso a la presencialidad.
A fecha de hoy 📆, ocho de cada diez empresas están recuperando la actividad presencial. No obstante, el aprendizaje de estos meses se ha traducido en una evolución 📈 del modelo tradicional hacia un formato híbrido en el que se alterna el trabajo a distancia 👨🏻💻 con las jornadas presenciales 👥. Un avance que, lógicamente, tiene una importante repercusión en la salud del mercado de oficinas ✅, un sector que se vio castigado 😬 durante los meses de confinamiento y restricciones 😷, y que ahora respira aliviado ante una inminente recuperación 😁👍, aunque con ajustes de precios.
Dichos ajustes van a estar condicionados por el ritmo de la recuperación económica 💶; así como por el aumento del parque de oficinas disponible motivado no solo por estos meses de teletrabajo, sino también por la nueva oferta inmobiliaria 🏢que se está generando en grandes ciudades como Madrid y Barcelona 🌆.
A pesar de ello, el regreso de la normalidad indica que las oficinas se posicionarán en 2022 como uno de los activos más atractivos para los inversores a nivel mundial 🆗.
Si nos atenemos a la demanda registrada en los primeros meses del año ↗️, el centro de las ciudades atesora los activos más deseados: ➡️ muchas compañías reivindican la localización de su sede como un factor que contribuye a su reputación 💯.
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